La historia de dos

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Fui educada por Disney, Hollywood y la poesía en el rubro amoroso. El resultado: creía que cuando encontrara mi alma gemela sentiría ese flechazo inmediato y después todo sería intensidad absoluta.

Cuando conocí a Cuau dos cosas me atrajeron de él: su olor y su inteligencia. Su primer regalo: un libro de poesía alemana en edición bilingüe. Sabía que este «free» sería especial, pero todo parecía tan sosegado, que algo dentro me hacía pensar que no era el «bueno», en mi imaginario el «amor en paz» no existía.

Vivimos juntos, nos casamos, nos mudamos al extranjero, regresamos, nos acoplamos y nos acostumbramos a esa relación tranquila… Al séptimo año, nos separamos (nos alcanzó esa sensación de que la vida estaba en otra parte). Durante 12 meses habitamos casas distintas.

Dos meses antes de mi diagnóstico, decidimos intentarlo de nuevo, tal vez sin mucha conciencia, tal vez porque estar el uno con el otro era el camino conocido.

Apenas el doctor nos comunicó la noticia, yo le dije a Cuau que era libre de irse, que el futuro no pintaba bien, él me tomó con más fuerza la mano y me dijo que se quedaría, que me daría su riñón y que todo volvería ser como antes. Su riñón no era compatible y por suerte no volvimos a ser los de antes.

Cada tramo nuevo que me hacía recorrer la enfermedad, él me acompañaba, me abrazaba con su fortaleza, nunca valoré tanto su inteligencia y su equilibrio.

A él le tocó decirme que el transplante había fallado, no puedo ni pensar cómo haces para dar una noticia así sin perderte. En ese momento cuando le dije que no quería vivir, que me dejaran irme, me respondió con firmeza absoluta «Marisol estuviste más de 10 horas en quirófano y no te dejaron morir, estás en terapia intensiva, aquí tampoco te van a dejar morir. Si quieres morirte aquí no lo van a permitir y eso va a hacer que lastimen más tu cuerpo» y entonces me propuso un trato, yo haría todo por recuperarme y dejar el hospital pronto y si cuando llegara a casa aún quería morirme, él me ayudaría. Esa promesa fue el motor que me hizo dejar el hospital en el menor tiempo posible.

Y aun cegada por la tristeza, por el duelo, podía darme cuenta que el amor de Cuau era uno de los regalos de vida más grandes y entonces entendí lo que era amar, supe que iba a luchar y a renacer para que estuviéramos juntos. Que valía la pena seguir y enfrentar mis temores si al despertar puedo extender mi mano y encontrarlo.

No tendremos hijos a quienes contarles esta historia, tampoco habrá quien herede sus ojos y mis ojeras, pero a cambio nos fuimos dados el uno al otro y para mí eso es la certeza de que existimos en un lugar donde vivimos felices por siempre.

18 pensamientos en “La historia de dos

  1. Tus palabras tocan muchos corazones… a cuántos nos haces llorar, sentir tu alegría y tu enojo. Tienes muchas bendiciones en este proceso; el amor de Cuau, el amor de tu hermano, de tu familia en general y de tus amigos. Que Dios te siga bendiciendo.

    • Jorge queridísimo, ahora acabo de recordar ese libro hermosísimo que estuve a punto de robarte «Las comidas profundas» y como me deslumbré por la narrativa de Antonio José Ponte, que conocí gracias a ti. Hoy llueve en el DF y se cuela la nostalgia por los días de lecturas en voz alta en Los berros. Un placer encontrarte visitando este diario 🙂

  2. Marisol, gracias por compartirnos tu tránsito, la historia que sigue dándole sentido a la pareja: tu vida de pareja.
    La alegría y retribución en la vida está justo en donde uno decide poner el coraje, el valor, el compromiso, el agradecimiento, las debilidades y las apuestas.
    He aprendido en carne propia- también – desde la enfermedad, el infarto, la trombosis; desde el ejemplo de lucha y fortaleza que he tenido el privilegio de ver en niños y jóvenes enfermos de cáncer y sus seres queridos.
    El ser está en sus decisiones, y su actitud ante circunstancias prometedoras o adversas.
    No soy un creyente de lo divino y tengo claro que nunca lo seré.
    Creo en el miedo, el dolor, la satisfacción de amar y ser amado. Creo en el agradecimiento. Creo que la sensibilidad y la inteligencia no siempre se toman de la mano. Creo que los auténticos amigos son un respiro de aire fresco. Creo que construir el carácter para hacer frente a lo que venga en el porvenir es la mejor herramienta de supervivencia. Estoy convencido de que vale la pena vivir hasta el último minuto sin bajar la guardia, sin renunciar a lo que somos o hemos alcanzado a hacer de nosotros mismos.
    No me cabe la menor duda de que se vale todo, menos convertirte en tu peor enemigo.
    Y está por demás decirlo: en la vida no todo se escoge.
    La vida toda es un accidente en el más puro sentido de la palabra. Y si por accidente, la vida nos pone enfrente a aquella persona que será una parte de enorme y trascendente valor en nuestro camino, mantenerla también se convierte en nuestra decisión.
    Tomemos siempre nuestras decisiones buscando ganancia, o a riesgo de equivocarnos. Saquemos el mayor provecho de aquello a lo que nos enfrente la vida, por el tiempo que sea y por difícil que resulte.
    Atrevámonos a perdonarnos nuestras flaquezas, nuestras inseguridades, nuestras dudas y nuestros errores.
    Nunca renunciemos a nuestra esencia y nuestra capacidad de dar y de retribuir.
    Como amigo a la distancia, un abrazo fuerte para ambos.
    LC

    • Maestro Carpizo, que sabias palabras que llegan a mí en el momento justo. Indago en mis flaquezas para enfrentar los demonios y la escritura es la mejor compañera para atravesar este bosque espeso. Gracias por visitar este Diario de la sed. Besos muchos

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