«Compartimos ese amor por la mañana real, esa que sin mucha luz, es cierto pero con determinación, va dejándose caer desde la medianoche. Como en los traseros de un teatro, la vida entre bastidores, fuera de los focos del sol y de la platea que la mañana llena de vida».
Despierto a la relectura de estas palabras de Pablo, la emoción se adueña del cuerpo, amo estar viva, poder ser testigo de como la luz se apropia del paisaje…
Decido que hoy es día de celebrar. Haré uso de mi naturaleza jarocha y dejaré que mi sol personalísimo me descubra dispuesta a dejar ir para ser premiada con esa ligereza de espíritu que me llevará a la sonrisa.
Cuando los fantasmas del transplante fallido ronden los ahuyentaré a golpe de cadera: bailando. Me permitiré una copa de cava e iré a escuchar poesía.
Dejaré que el azar me sorprenda y me acoplaré a sus vaivenes. Daré un masaje amoroso a mi corazón, respiro a respiro. Hoy transitaré ligera de equipaje. Agradeceré a mi cuerpo su voto de confianza para seguir aquí.
El gozo será la prioridad del viernes. Me regalaré hacer algo por primera vez. La tristeza queda oficialmente exiliada de este 20 de septiembre.
Me has hecho el día Marisol. También lo viviré con gozo, como tú. Un abrazo fuerte.
Gracias, Mario, a disfrutar 🙂
Que bonitos pensamientos, un abrazo: Soto
Gracias, compadre Soto. Besos muchos
¡Así sea! ¡A bailar y sonreir son actividades que mejor te van! Te quiero
Lupita, hay que vernos para ir a bailar 🙂 Te quierooo
Gracias por traer al pairo de tus buenos días, aquella cita, aquel intercambio de albas. Beso Marisol y mucha fuerza.
Gracias a ti, Pablo, por ser inspiración constante.