Otra vez el seguro, GNP, se resiste a reembolsarme, aunque aún existe dinero disponible por el monto asegurado. Lo que hay ahora: dos cartas de rechazo y 20 días de plazo para que ambas partes presentemos pruebas.
Saco el escudo y la espada para enfrentar a este monstruo de siete cabezas: la aseguradora. Siempre intentando amedrentar y resistiéndose por todos los medios a cumplir lo pactado. Supongo que confían en que la enfermedad va mermando las fuerzas y entonces será más fácil aceptar sus decisiones sin argumentos.
Pero en mi caso aplica «lo que no te mata te hace fuerte», así recurro a ese motor interno que se activa cuando la injusticia merodea. Me dispongo a no dejar ni un cabo suelto, ni una acción sin ejecutar.
Mi asesor de seguros se les enfrenta con cartas y fundamentos, la batalla es otra: la burocrática, pero yo he entrenado suficiente y estoy lista. Confío en que este triunfo será mío.
Que asi sea Marisol.
Acaba con ellos, son como vampirillos del alma y los bienes, sin la gracia de los vampiros claro
Así será, Eduardo, ya tengo ajo y cruz en mano 🙂
y después de ganarles la batalla, habrá que iniciar una demanda por daño psicológico… o algo que los haga pagar por este stress que significa hacerles frente… Mucha fuerza! «A por ellos»!!!